Mitos y leyendas sobre la Leishmania

15-01-2018

Muchos mitos y leyendas circulan respecto a la Leishmania y los animales que la padecen, por eso queremos explicaros un poquito en que consiste y cómo afecta esta enfermedad a nuestros animales.

Un insecto llamado Flebotomo (mosquito) es el que contagia esta enfermedad parasitaria, picando a un animal enfermo y luego a uno sano, que es contaminado. Es decir, que coge algunos parásitos de los que enferman al primer animal y contagia al animal sano. No se contagia por contacto de un animal a otro. Los animales sanos y los enfermos pueden convivir perfectamente y no contagiarse mutuamente, igual que un animal sano puede contagiarse sin convivir con uno enfermo.

 

¿Cuándo y dónde es más frecuente?

Esta especie de mosquitos viven en zonas cálidas, sobretodo en épocas de calor (más o menos de Junio a Septiembre) y es más activo durante las horas de puesta y salida del sol. Cataluña es una zona de bastante actividad de éste mosquito , y los casos de Leishmania son, por desgracias, elevados.

 

¿Cómo puedo prevenirlo?

Se han desarrollado vacunas para prevenir el contagio, pero su efectividad depende de cada caso. Hasta ahora lo más efectivo es combinar los antiparasitarios externos como la pipeta y el collar antiparasitario (específicos para prevenir Flebotomo). Es aconsejable ser muy constantes y puntuales en las reaplicaciones. Además de evitar, en la medida de lo posible, zonas endémicas y zonas de humedales. No es aconsejable que los animales estén a la intemperie durante las horas y épocas de mayor actividad del mosquito. Dentro de casa siempre estarán más protegidos, sobre todo por las noches, desde la puesta a la salida del sol, de Junio a Octubre.

 

¿Cómo se detecta?

A pesar de tener en cuenta todas las prevenciones posibles, la enfermedad puede llegar a afectar a nuestro animal, pero no hay que asustarse. Si se detecta a tiempo y se controla, nuestro mejor amigo podrá disfrutar con nosotros de una larga y feliz vida. No hay que alarmarse y hay que seguir las instrucciones de nuestro veterinario.

Para saber si nuestro perro está infectado (puede haber o no síntomas externos) la mejor manera es realizarle una analítica de control específica durante la revisión anual, y así asegurarnos que está sano y contento. Cuanto antes se detecte, antes podremos controlarla y evitar que afecte a los órganos internos, que es la parte más peligrosa.

 

Ésta prueba lo que hace es medir el número de parásitos en la sangre. Si el número es muy elevado se trata al animal con una serie de inyecciones que sirven para hacerlo bajar los parásitos que posee (glucantime), también existe la versión en jarabe pero es mucho más cara (Milteforan) indicada especialmente cuando los riñones del animál están algo afectados. A veces hay que volver a repetir el tratamiento si la infestación de parásitos en sangre vuelve a subir. Una vez el número es bajo, y no supone peligro para nuestro perro, sólo hace falta una pastilla o dos al día para mantenerlo bajo control. La enfermedad no se cura, es de por vida, pero con un buen control (una analítica al año para asegurar que todo está en su sitio) y con su pastilla diaria, una buena alimentación y la felicidad de un buen hogar, nuestro perro podrá hacer una vida totalmente normal durante mucho tiempo. Si no se controla el número de parásitos, éstos irán augmentando y afectando los órganos del animal hasta hacerlo enfermar grabemente e incluso morir.

 

¿Qué síntomas físicos podemos ver?

A pesar que en las primeras fases puede no tener síntomas físicos, algunos que deben tenerse en cuenta son: heridas o alopecia en las puntas de las orejas y los ojos, dolor articular (que le cueste levantarse o subir al sofá cuando antes podía hacerlo perfectamente), ganglios inflamados, descamaciones y heridas en la piel, uñas muy largas (crecen muy rápido) o problemas renales (hacer mucho pis, o de color muy oscuro), entre otros. No obstante no hay que fiarse de ver síntomas para llevarlo al veterinario. Siempre se aconsejan los chequeos preventivos, porque los síntomas podrían manifestarse cuando ya fuera demasiado tarde. Todos los síntomas mencionados pueden deberse a otras enfermedades o, simplemente, a la edad, o no manisfestarse nunca hasta que el animal está muy enfermo. La mejor manera de combatir la Leishmania es prevenirla en la medida de lo posible y, si afecta a nuestra mascota, no asustarse y empezar a tratarla cuanto antes.

 

¿Es muy caro tener un perro con Leishmania?

Como en cualquier otro caso que requiera visitas periódicas al veterinario. Un animal sano también puede enfermar de cualquier otra cosa y necesitar tanto o más control que uno enfermo de Leishmania. El tratamiento de choque es el que suele ser más costoso, pero sólo suele durar entre 1 ó 2 meses. Las pastillas diarias (que son para siempre) son muy baratas y se compran en cualquier farmacia. Por último, son aconsejables las analíticas anuales que se realizan en las revisiones anuales de cualquier animal sano., y hay medicamentos que se recomiendan para ayudar a mantener su sistema inmune fuerte frente al parásito (leishguard).

Algunos de nuestros animales en adopción la padecen como Loky y Cacha, y otros que ya han sido adoptados vivien felizmente con sus familias com cualquier otro! Como Lobezno y Pruna . 

No dejes de lado a los animales con Leishmania. Te pueden hacer tan feliz como un animal sano. Ahora que conoces qué es la Leishamania, atrévete a ayudar a un peludo y darle la vida que se merece.